foto de White House

Los nubarrones de la Casa Blanca

Por Elizabeth Mora-Mass y Miguel Sarmiento.

New York.- Desde que Donald Trump tomara juramento el pasado 20 de enero, bajo un día lluvioso y frío, preámbulo de lo que habrá de ser el resto de su gestión, seis meses después, a la sombra del papel que jugaron los intrusos, hackers, rusos en las elecciones presidenciales del 2016 y su posible acuerdo secreto con la campaña Trump, esa sombra se convierte ahora en una gran nube negra que se posa sobre el futuro del actual inquilino de la Casa Blanca.

La comparación de la presidencia de Trump con lo sucedido con la de Richard Nixon durante el escándalo de ‘Watergate’, es motivo central de un constante debate que enfrenta a las cadenas MSNB y CNN, con los Demócratas por un lado, y a FOX y su red estaciones de televisión en general, FOX y amigos, con los Republicanos por el otro, en particular. Ambos polos juegan el papel de acusadores y defensores. Estos medios que se trasmiten por el servicio de cable, se van a extremos para representar posiciones encontradas dirigidas a sus respectivas audiencias.

Aunque sé que algunas personas se me vendrán encima como leche hervida, aclaro que la actual investigación sobre el papel de Rusia en las elecciones no es lo mismo que Watergate.

Desde el principio en Watergate hubo un crimen palpable investigado por la policía, mientras que en la intromisión Rusa no hay una evidencia clara que indique que el equipo de Trump hubiera cometido crimen alguno que pueda resultar en la destitución del presidente; de acuerdo con la enmienda 25 de la Constitución, según alegan algunos tertulianos y catedráticos respetables en la cadena FOX. A la vez que en su similar, CNN, con por lo menos media docena de miembros del equipo que hizo parte de la investigación de Watergate, sostienen que Watergate es un pálido reflejo frente al problema que enfrentamos en este momento. Algunos hablan hasta de traición a la patria.

Sin embargo, lo que sí nos queda claro es que Nixon y Trump tienen mucho en común. En 1968, por ejemplo, Nixon propuso acabar con la política doméstica y exterior de los EE.UU. y de paso, acabar con el Partido Demócrata; tal como lo está haciendo Trump con ambos partidos en la actualidad en el terreno doméstico y ejecutando acciones en el campo internacional. Veamos

A trinos sucios… Oídos necios

foto de Donald Trump
Palabras de Donald Trump, Presidente de los Estados Unidos en la presentación del 9/11-Artículo 5 Memorial

En el campo doméstico. Por medio de su constante ataque al legado de el ex presidente Obama y su esposa, Michelle, aunque ya no niega ni la religión ni la nacionalidad del ex presidente, sí se ha dedicado a tratar de eliminar desde la ley de salud conocida como ‘Obamacare’. Así mismo, pretende quitarle todos los controles a los bancos –con el fin de eviatar crisis similares a las vividas en el 2008–, hasta arrasar con la huerta casera de Michael Obama en la Casa Blanca, creada con el fin de enseñarle a los niños de la nación a cambiar y mejorar su dieta alimenticia.

En el terreno internacional, aunque el mundo entero, viendo lo que se vio y se escuchó durante la campaña y leyendo sus trinos, estaba bajo preaviso sobre la singularidad y superficialidad de Trump, su reciente gira internacional no sólo la ratificó sino que rebasó cualquier expectativa.

En su primera salida como primer mandatario de los Estados Unidos de América, Trump retiró al país del Acuerdo de París sobre el Medio Ambiente. Acto seguido, se dedico a sembrar una desazón de proporciones históricas entre los Estados Miembros de la OTAN; Organización del Tratado del Atlántico Norte que durante la campaña calificara de ‘obsoleta’. Trump, a propósito y con alevosía, eliminó de su discurso la mención de el Artículo 5 del tratado que contiene el acuerdo de defensa colectiva. El mismo, garantiza el compromiso de los Estados Unidos para con sus aliados europeos y establece que “cualquier ataque contra uno de los miembros es considerado un ataque contra todos los miembros”, a la vez que le cobraba a los países miembros cuotas de afiliación como quien cobra deudas a miembros de un club privado.

De igual manera, el líder del llamado mundo libre, ha atacado a todos los Tratados de Libre Comercio a punto tal que uno de sus primeros 100 decretos fue retirar a USA del TPP, Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica. NAFTA, el Tratado Norteamericano de Libre Comercio de América del Norte, el Tratado Centroamericano y otros pueden correr la misma suerte.

Humillados y ofendidos

foto de Ursula von der Leyen
Ursula von der Leyen (Ministra de Defensa de Alemania) en el Memorial del Muro de Berlín

Para entender mejor el significado del insulto y la humillación a la que Trump sometió a los aliados, la deliberada omisión de el Artículo Cinco de la OTAN amerita un breve vistazo histórico.

La razón central de la visita de Trump no era solamente para acudir a la celebración de la inauguración de la nueva sede de la OTAN en Bruselas y que los miembros del organismo le dieran la bienvenida al nuevo mandatario estadounidense, sino que, además de el simbolismo de unidad de dedos entrelazados que le da la arquitectura a la nueva base, en el mismo evento se presentaron dos monumentos emblemáticos que compilan el sentido de ser de tan magna organización. Uno, una parte del Muro de Berlín que desveló la Canciller de Alemania, Ángela Merkel; el otro, un escombro metálico de las Torres Gemelas de Nueva York que conmemoran el Artículo 5 y el Once de Septiembre y que presentó Donald Trump sin mencionar, a propósito, el motivo del mismo.

Dedicatoria al Muro de Berlín y a las Torres Gemelas: http://www.nato.int/cps/en/natohq/photos_143981.htm

Sin embargo, en medio tan importante evento, Trump en cambio decidió utilizar la ocasión para reclamar dinero a los miembros de la OTAN y partir del programa sin ofrecer garantías para el futuro de su país en ese organismo.

Para rematar y cerrar con un broche de vergüenza, Trump, como todo un buen patán, se abrió paso a empujones para posar de primero en la foto de grupo de los miembros de la OTAN.

Vanidad de vanidades y todo es una calamidad

Pero volviendo al punto clave que tienen en común Trump y Nixon: el inmenso narcisismo que los hace creer que son invencibles; algo que en el caso de Nixon, ya comprobamos, fue su Talón de Aquiles.

A diferencia de Nixon, Trump tiene otros puntos muy frágiles: su desconocimiento de la clase política, de las relaciones internacionales, de historia, de geografía  y del funcionamiento de la economía global. Pero, quizá su mayor debilidad sea su desmedida admiración por Rusia y su obsesión por mandar trinos por Twitter todo el día; algo que le ha generado algunos de los más serios problemas a su gestión.

No deja de intrigar, sin embargo, el hecho que Trump trate a los rusos con la mayor simpatía y guantes de seda. Recordemos las múltiples expresiones de admiración para con Putin durante la campaña; su camaradería con el ministro y con el embajador ruso, al día siguiente de despedir a James Comey, algo que le ha significado grandes fricciones con buena parte de la nación y de la prensa.

En medio de los medios

foto del grupo en la OTAN
Donald Trump (Presidente, Estados Unidos), el Secretario General de la OTAN Jens Stoltenberg y Angela Merkel (Canciller Federal, Alemania)

Una semana después de la posesión que marcaba el principio de la era Trump, el nuevo ocupante de la Casa Blanca le declaraba guerra abierta a los medios de comunicación. Trump, como lo hiciera durante la temporada de campaña, siguió arremetiendo contra ellos calificándolos de “medios falsos y mentirosos”. Tal vez por lo que él mismo atribuía su triunfo en las elecciones a ese maltrato, redobló su posición y siguió atacando a CNN, al New York Times, al Washington Post, a la NBC, a la CBS, a la ABC, éstos, a su vez, comenzaron a augurar un final prematuro a su gestión.

En estos y otros medios, incluso en redes sociales y bitácoras de expertos en política, empezaron a mencionar el nombre de Carter Page, un asesor de política exterior de la campaña de Trump, como el mensajero de un posible acuerdo secreto con los hackers y los rusos, con miras a destruir a Hillary Clinton y aplastar al Partido Demócrata. Tema que pronto se hizo el centro de atención de la investigación inicial en Comités del Senado, de la Cámara Baja y del FBI que ahora comanda Robert Mueller desde la Fiscalía General de la Nación.

Aún suponiendo que Trump y su equipo no hayan cometido atropellos contra la seguridad del país, las declaraciones de el ex director del FBI, James Comey, dispararon el nombramiento de Mueller como Investigador Especial del caso. Un problema más para una Casa Blanca que no necesita más atención de tipo legal, máxime en momentos en que su agenda política está en veremos. Sobretodo, porque de tratarse de un tema tan delicado como es ayudar al espionaje del partido demócrata durante la temporada electoral, ayudando a los rusos, quienes por años han sido enemigos de los EE.UU. y en el proceso de la investigación del caso, posiblemente obstruir y abusar del poder de su posición, el futuro del Primer Mandatario no se ve muy claro.

Si bien, lo acontecido con Nixon nos demostró que un presidente en apuros, es poco lo que puede hacer frente a los hechos que publican los medios; gracias a las declaraciones de James Comey, el despedido Director del FBI, entendimos el inmenso poder de la oficina Oval. Sin embargo, nos resta ver si un Informe con los trapitos sucios de Trump, es tan poderoso como la Garganta Profunda del caso Nixon.

El “Dossier” de Steele ( http://bit.ly/2idMtlv )

En su momento, los medios de información hablaron y en Internet publicaron el “Dossier” recopilado por ex agente del M5 británico, Christopher Steele; presuntamente contratado por un grupo llamado “Never Trump” formado por poderosos y destacados miembros del Partido Republicano en los Estados Unidos para sacarle los trapitos sucios a Trump durante la campaña electoral y así posiblemente descarrilar su nominación e impedir su elección.

En el informe se expone al magnate de bienes raíces estadounidense y a su equipo de campaña no solamente de haber hecho el acuerdo secreto con los rusos para destruir a Hillary Clinton y los demócratas, sino de haberse visto envuelto en actos de una perversión sexual inimaginable durante su estadía en Rusia para el reinado de belleza Miss Universo que él mismo operaba y patrocinaba.

Page, es un hombre de negocios cuya oficina queda cerca de la Torre Trump, en Manhattan. Este personaje llagó a la campaña de Trump recomendado por Paul Manafort, quien una vez fuera director de la misma y es otro de los implicados en la investigación, no sólo porque trabajó por años con empresas relacionadas con los rusos, o porque estuvo bajo su nómina devengando múltiples millones de dólares con ellos, sino por su asociación a un robo de millones de dólares al gobierno de Ucrania. Por esta razón el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, inició una investigación y Manafort tuvo que abandonar la campaña. Son amigos de Corey Lewandowski, otro ex director de la campaña política de Trump, fue despedido por haber agredido verbal y físicamente a una periodista.

Los peces gordos flotan en el Informe

En el “Dossier” de Steele, también aparecen los nombres del General Michael Flynn, el ex Asesor de Seguridad Nacional de Donald Trump, obligado a renunciar por no haberle informado al vicepresidente sobre sus encuentros con los rusos y sobre los dineros que recibió de ellos y de Siria. Flynn, es el personaje central en la investigación que significó el despido de la interina Fiscal General de la Nación, Sally Yates, y del ex director del FBI, James Comey.

Al ex senador republicano, Jeff Sessions, y actual Fiscal General de la Nación, actualmente se le acusa de haberle mentido tanto al FBI como al Congreso, bajo juramento, sobre sus reuniones con los rusos. A Jared Kushner, yerno de Trump, quien también está bajo investigación, se dice que fue quien propuso un canal secreto de comunicación con los rusos, hechos por los que la gestión de su suegro se encuentra ahora en graves aprietos. Ambos deben rendir testimonio bajo juramento ante los Comités que investigan el caso en el Congreso y ante el Investigador Especial. Si bien ante el Congreso ellos pueden negarse a declarar aludiendo Privilegio Ejecutivo, si el Presidente Trump se lo pide; sin embargo, dicha acción dejaría muy mal parado a Trump ante la corte de la opinión pública.

Mueller, también investiga a Sessions por su participación en la salida de Comey, al igual que a Rod Rosenstein, el Vicefiscal General de la Nación quien nombró al propio Mueller como Investigador Especial después que Comey hiciera públicos los correos electrónicos que se mandó a sí mismo y que compartió con los altos mandos del FBI como prueba de las reuniones con el primer mandatario, notificando la posible solicitud de Trump de “lealtad’ y que ‘le despejara esa nube y dejara a un lado el caso de Flynn’. O sea, el Jefe de Estado posiblemente utilizó el poder de posición para obstruir la justicia.

Mientras tanto, que llueva, que llueva que Donald Trump ya está en la cueva.

Lo que viene:

1- Declaración del Fiscal General de la Nación bajo juramento ante el Congreso para responder a la acusación emitida por el ex director del FBI en la que alega que Sessions le mintió, una vez más, al Congreso por no haber revelado otra posible reunion que sostuvo con los rusos.

2- Respuesta a dos demandas de fiscales federales que acusan a Trump de haber quebrantado las llamadas ‘Cláusulas de Emolumentos de la Constitución’, misma que le prohíben a cualquier funcionario público aceptar “cualquier regalo, estipendio, oficio o título, de cualquier tipo, de ningún Rey, Príncipe o gobierno extranjero”.

3- Respuesta de la Casa Blanca a declaraciones de el ex fiscal de Nueva York, Preet Bharara, despedido por Trump bajo una serie de circunstancias similares a las que condujeron al despido del ex director del FBI.

*Apartes de esta nota ya fueron publicados en la nota del Dossier de Trump.

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