Por Elizabeth Mora-Mass en New York. Editada por Miguel Sarmiento en Miami
El virus no solamente viene cobrando millones de vidas alrededor del mundo, también se ha cobrado la estabilidad económica de cientos de grandes empresas y de miles de pequeños negocios de familia. Hoy el futuro es incierto no sólo para la nación, sino para el resto del mundo. El Covid-19 le ha puesto un signo de interrogación a la economía mundial en general, a la de los Estados Unidos en particular.
Antes de la pandemia, la tasa de desempleo en este país apenas si llegaba al cuatro por ciento. Los pequeños negocios, los de familia, generaban el 44 por ciento de esos empleos. Hoy, a través de todo el año, se han impuesto tasas de desempleo históricas en todos y cada uno de los estados de la unión. Igualmente, el golpe a los pequeños negocios y las PYMES (pequeña y mediana empresa) ha sido devastador. https://www.bls.gov/web/laus/lauhsthl.htm – *1)
Así, mientras se vacían pequeños locales de negocios en grandes avenidas y centros comerciales, se van llenando las Unidades de Cuidados Intensivos en los hospitales y se va deteriorando la calidad de vida que depende del manto protector que tejen la salud y la economía.
Según declaraciones del presidente electo Joe Biden, el mismo día de su posesión él va a presentar un programa coherente para enfrentar la pandemia en ambos frentes: la salud y la economía. Con ese fin, asegura que presentará un paquete completo para impulsar la economía. De acuerdo con la propuesta prometida, la misma también incluirá un estímulo especial para rescatar a los pequeños negocios.
Es imprescindible que esa ayuda económica llegue a manos de los pequeños emprendedores que generan empleo y riqueza. Que no desaparezca en las tremolinas oficiales de algunos de los encargados de canalizar los préstamos; o, peor aún, en las inescrupulosas manos de algunas asociaciones que presuntamente atienden a las necesidades de las minorías y de los inmigrantes.
Que esta película no sea como la que hemos visto una y otra vez con otras ayudas financieras en el pasado. En esas cintas, el cauce de los dineros destinados a la ayuda se desbordó, se convirtió en fuente de ingresos para expertos pescadores en ríos revueltos.
Mucho Tilín-Tilín y Nada de Paletas
Que no sea como en el 2006. Entonces, mientras los grandes empresarios detrás de la construcción de un nuevo diamante de béisbol recibían millones en prebendas y otros incentivos económicos, los políticos locales apenas si lograron conseguir 580 mil dólares para destinar a la capacitación de pequeños empresarios en las áreas de Queens y El Bronx para así poder participar en las licitaciones y obtener contratos y otros negocios en el proyecto multimillonario del Citi Field; el diamante de béisbol de los Mets de Nueva York.- *2
Por ese entonces, los pequeños emprendedores se quejaban de no saber a dónde se ofrecía la tan cacareada capacitación. El 98 por ciento de las solicitudes de los licitantes minoritarios fueron rechazadas por no saber llenar los formularios y, hasta la fecha, no se sabe cómo se gastaron los dineros destinados a tal capacitación. Fueron contados los pequeños empresarios que lograron participar con éxito y lograr ese quince por ciento de las licitaciones que la ciudad requería que quedara en manos de minorías étnicas, o de mujeres, llegara a su destino.
Una Roosevelt medio desocupada
A través de la historia, la Avenida Roosevelt ha sido un microcosmos que sirve de termómetro para tomar la temperatura de la salud financiera de la comunidad inmigrante de los Estados Unidos en general.
Hoy, años después de las controvertidas asistencias económicas del proyecto Citi y de la profunda recesión del 2008, la pandemia crea una crisis económica generalizada que, de nuevo, afecta gravemente a los pequeños negocios que se extienden por esta icónica avenida.
Al cierre del año del COVID, la temperatura económica de la Roosevelt revela un estado de salud comercial grave. Allí, entre las calles 68 y 108, se puede palpar en vivo el efecto COVID en estado micro que a su vez se extiende sobre la macroeconomía de todo el territorio estadounidense.
Éste, que fuera un próspero corredor económico, se está convirtiendo en una calle llena de locales vacíos y de aceras repletas de vendedores ambulantes. La imagen es clara y se repite en todos los estados de la unión, la pandemia ha expulsado a la calle a un comercio que antes tenía techo y empleados a sueldo. Hoy muchos de ellos han sido reemplazados por negocios ambulantes que trabajan a la intemperie vendiendo desde empanadas hasta baratijas para conseguir el sustento mínimo para poder subsistir.
Martha no está sola. Una creciente cantidad de gente que deambula vendiendo mercancías a lo largo de la Avenida Roosevelt, hace parte de los millones de personas que perdieron sus empleos debido a la pandemia alrededor del país. Entre ellos hay muchos que fueron propietarios de negocios que se vieron forzados a cerrar sus locales.
Las PYMES la están pasando mal
A medida que el rebrote del COVID crece y se extiende durante la temporada de fiestas de fin de año, la situación de propietarios de pequeña y mediana empresa se presenta más precaria.
“Hoy por hoy, los pequeños empresarios necesitan una colaboración mucho mas seria que ayudarlos a pagar los servicios (de teléfono e internet). Probablemente tendremos que hacer mucho más por ellos”, repite, una y otra vez frente a las cámaras de televisión, William Dunkelberg, jefe de economistas de la Federación Nacional de Empresa Independiente – NFIB por sus siglas en inglés.
“Un cuarenta y dos por ciento de propietarios de pequeñas empresas están ‘muy’ o ‘moderadamente’ preocupados que sus empleados contraigan el virus. La mitad de estas empresas (50%) tienen 5 empleados o menos, por lo que la pérdida de un solo trabajador les puede presentar problemas importantes. El cuarenta por ciento está ‘muy’ o ‘moderadamente’ preocupado que ellos mismos puedan contraer el virus, un riesgo grave para la empresa”, dice Dunkelberg en la revista de economía Forbes. “Uno de cada cuatro (25%) ha tenido un empleado que ha tomado una licencia por enfermedad o licencia familiar remunerada relacionada con Covid-19 según lo ordenado y ofrecido a través de la Respuesta de Familias Primero al Coronavirus, concluye el economista. — https://bit.ly/3a0LCD8 – *3
Una Navidad para olvidar
Con mas de un 80% de las PYMES reportando pérdidas millonarias y con crecientes proyecciones de sucumbir ante el COVID en cuestión de meses, el futuro de la pequeña empresa en el país se presenta difícil. Incluso si el Congreso llegara a un acuerdo y aprobara un nuevo paquete de estímulo urgente, las probabilidades de sobre vivencia de negocios de familia, lo mismo que las de lograr recibir ese apoyo financiero a tiempo para poder cerrar el año del COVID y empezar el 2021, no solamente con una vacuna contra el virus, sino con una saludable inyección de capital y un futuro más prometedor; es poco probable que el apoyo se haga realidad para las pequeñas empresas hasta bien entrado el 2021.
Mientras en el Congreso los políticos debaten y buscan culpables en lugar de soluciones, propietarios de pequeñas empresas, empleados que dependen de ellas y sus familias, esperan.
Fuentes:
*1 https://bit.ly/2VTScTZ Tasa de desempleo en USA.
*2 https://bit.ly/3ozpK64 600 mil para Queens
*3 https://bit.ly/3a0LCD8 W.D. en la revista Forbes