Por Elizabeth Mora-Mora
New York. De nuevo, el Orgullo Gay se tomó la quinta avenida de Manhattan. Más de 50 mil desfilaron con orgullo, pero el dolor de lo ocurrido en Orlando, invadía sus almas al igual que las de los dos millones y medio que asistieron al evento.
El Gobernador Mario Cuomo, aprovechó para anunciar que la ciudad de Nueva York tendrá un monumento para honrar a las víctimas de la masacre de Orlando ocurrida el 12 de junio de 2016.
Cuarenta y nueve personas vestidas de blanco con el rostro cubierto por un velo y llevando en su pecho las fotografías y nombres de los asesinados fueron uno de los puntos centrales del evento.
De igual manera, el Desfile del Orgullo Gay hizo claro sus sentimientos en contra de armas de fuego de destrucción masiva, con emblemas que rezaban “I am pulse” (el nombre del club donde ocurrió la matanza), no más armas de destrucción masiva, no más matanza.
Fue un bello desfile lleno de ágiles bailarines, disfraces estravagantes y millones de banderas arco iris que identifican a la comunidad LGBT (Lesvianas, gays, visexuales y trans sexuales).
La parada estuvo mucho más concurrido y fue más político que el mismo desfile del año pasado, cuando la Suprema Corte reconoció el matrimonio gay.
La semana pasada el presidente Barack Obama declaró el bar Stonewall Inn, un monumento nacional.
En el Stone Wall, nació en 1969 la primera insurrección para defender los derechos de los gays.
No vamos a vivir con miedo dijo Christine Quinn, quien fuera presidente del Consejo de Nueva York.
Por otro lado, los activistas contra la venta libre de armas de fuego, desfilaron con el orgullo gay y anunciaron que han unido fuerzas para combatir a la Asociación Nacional del Rifle, la entidad que lidera la compra libre de armas de fuego de largo alcance.