Fiscalía acusa a Harco por ignorar las normas de seguridad
Por Elizabeth Mora-Mass
New York. Hoy jueves fue el cierre de argumentos en la Suprema Corte de Manhattan, la muerte de Carlos Moncayo, el cual es un caso histórico dado que es la primera vez que empresas y capataces son acusados de homicidio involuntario y muerte negligente, por la muerte de un trabajador en un accidente de trabajo.
Fue un duelo duro entre la defensa y la fiscalía.
El abogado de Harco Constructions, acusó al subcontratista de la muerte del trabajador inmigrante Carlos Moncayo, fallecido en un accidente de construcción en abril de 2015, en Manhattan.
A su vez, la fiscalía acusó a Harco por incumplir todas las medidas de seguridad que tenía que imponer como contratista general
Ronald P. Fischetti, quien representa a Harco en el juicio no se cansó de repetir que los culpables de lo sucedido con Moncayo son el subcontratista Sky Materials y su capataz, Wilmer Cueva, quienes tendrán juicios separados, en unas semanas.
“Mi cliente no tiene responsabilidad, porque el trabajo de Alfonso (Prestia, el superintendente de Harco) no era decirle al subcontratista como hacer su trabajo”, Fischetti repitió varias veces.
Moncayo murió cuando un derrumbe le cayó encima, en la excavación en la cual participaba en el 9-19 de la Novena Avenida, en Manhattan. El derrumbe ocurrió porque según afirmaron varios expertos y testigos, las empresas no hicieron el reforzamiento necesario, a pesar de las repetidas advertencias que les hicieron con respecto a que podía ocurrir una catástrofe.
La Fiscalía de Manhattan acusó a Harco, Prestia, Sky y cueva de homicio involuntario, homicidio criminal negligente y negligencia criminal, después de una investigación realizada por el fiscal de Manhattan y el Departamento de Investigaciones de la ciudad.
“Prestia no tenía el poder de decisión” y argumentó que ese poder era de Sky y de Cueva. Y repitió que Alfonso (Prestia) dijo antes del accidente que “salgan”, en voz alta y no en voz baja, como dijo la fiscal.
Fischetti afirmó que las acusaciones de prácticas de falta de seguridad de Harco, por parte de Gary Garlano, un antiguo capataz, se debían a que “él se fue furioso de la empresa, porque lo iban a despedir¨.
Foto cortesía Centro del Inmigrante – Fabio Ramírez.