foto de Trump

Trump y el esplendor de la propaganda política

Por Elizabeth Mora-Mass y Miguel Sarmiento.
“Todos los derechos garantizados a los ciudadanos bajo la Constitución no valen nada, y son una mera burbuja, salvo que se los garantice un Poder Judicial independiente y virtuoso”.
– Andrew Jackson, presidente de los Estados Unidos de América 1829-1837.
 

La Ley del Enemigo Único

En una serie de hechos reales sin precedentes en los Estados Unidos, el Aprendiz a Presidente, Donald Trump, ha comenzado a imponer su obtuso criterio político retando al Poder Judicial utilizando las armas del Poder Ejecutivo mientras manipula al Cuarto Poder, los medios de comunicación, como artificio de distracción.
Lo que aparentemente busca Trump, por medio del Decreto, es crear un Estado Autócrata que se imponga sobre los demás poderes de una democracia. Hoy por hoy las similitudes entre el Despacho Oval en la Casa Blanca con el Fuhrerbunker inquietan a muchos y no sin cierta razón.
Si bien Jospeh Goebles, el infame Ministro de Ilustración y Propaganda Pública del genocida Adolfo Hitler, no contaba con el nuevo medio de redes sociales, Donald J. Trump lo hace aplicando las mismas tácticas expresadas en los ‘Once Principios de Propaganda’ salidas de la mente del perverso Ministro del Fuhrer. De ellas la que más a menudo parece utilizar el régimen de Trump es la repetición de una mentira para confundir y al final convencer a su audiencia sobre el tema que ellos buscan impulsar.  
Por otra parte, el poder legislativo, representado en un Congreso dominado por un Partido Republicano confundido, es todo suyo. Los demócratas no pudieron detener los nombramientos de ejecutivos de corporaciones multinacionales y de amigos multimillonarios de Wall Street que ahora integran el gabinete de Trump.
La esencia de la verdad se pierde entre los trinos de Trump que truenan y resuenan desde las redes sociales y retumban en los medios tradicionales causando estruendos que entretienen a una seducida y cada vez más radicalizada audiencia, a la vez que preocupan a una reducida masa de analistas, profesores, expertos y líderes políticos locales e internacionales, poniendo en tela de juicio la credibilidad de un gobierno estadounidense que parece estar siempre al borde de un Trino que genere una crisis emocional en la Casa Blanca y conmoción en los medios de comunicación y la comunidad de naciones alrededor del mundo.   

El Aprendiz y el Portavoz

Mientras Kellyanne Conway, la efectiva portavoz oficial de Trump, se encuentra en la banca por acumulación de tarjetas y comentarios que comprometen la presunta integridad ética del presidente, su reemplazo, un Aprendiz a portavoz asume las funciones de Conway.
foto de Stephen Miller
Stephen Miller Consejero Especial de la Casa Blanca

En su primera intervención como portavoz Aprendiz, Stephen Miller, un Conway aumentado e incorregible, arremetió contra los ‘enemigos’ del país que según él son: los inmigrantes, los medios y los musulmanes.

Miller es un convencido impulsador de la teoría ‘Conwayana’ de ‘Hechos Alternos’, un promotor incansable de los principios de propaganda de Goebles y el descaro de la mentira, que este primíparo portavoz de veras maneja como herramientas para seducir a audiencias desprevenidas que sufren de un creciente Mal de Deficiencia de Atención generalizada.

Trump Contra los Medios y Tribunales

En cuanto al Poder Judicial, Trump la ha emprendido contra ellos utilizando otro de los Principios de Goebles: descartarlos, desvirtuarlos, demeritarlos y reducirlos. “Son unos medios corruptos. No les crean”, aúlla en una serie de trinos desde su cuenta en redes sociales el presidente Trump, creando una estela de estupor.
Y es que este Aprendiz es todo un experto en la manipulación de los medios y en la utilización de la regla de comunicación, mercadeo y ventas de ‘Alcance y Frecuencia’ – donde el Alcance equivale a la distancia que cubre el su mensaje y la Frecuencia, a la cantidad de veces que se repite el mensaje hasta calar en la memoria de su desprevenida audiencia.  
Pero esa estrategia no la limita para atacar al Cuarto Poder, contra el Poder Judicial también ha arremetido, lo ha cuestionado y caricaturizado para desvirtuarlo y pasarlo a ser parte de los malos, calificando a los jueces de “Esos Tales Jueces” y acusándolos, como lo hiciera durante la campaña cuestionando la ciudadanía de los jueces, señalando, como lo hizo con el juez Gonzalo Curiel, de ascendencia mexicana, de no ser ciudadanos de los Estados Unidos.
Así mismo, la Constitución de los Estados Unidos, escrita por los padres fundadores, con el fin de darle los mismo derechos y privilegios a todos, para Donald Trump se ha convertido en un problema el cual está dispuesto a resolver a cualquier costo.
A todos nos sorprendieron los ataques de Donald Trump al Poder Judicial. “No estábamos preparados para algo así”, balbucean los principales analistas y periodistas políticos de este país.
Al más puro estilo fascista, Trump parece mucho más un caudillo que el líder del modelo de la democracia en el mundo.

Bienvenidos al Maravilloso Mundo del Trumpismo

Los analistas dicen que lo que estamos viviendo es una suerte de ‘Trumpismo’ que oscila entre una democracia incoherente y un presidente con ínfulas de dictador. Así Trump pinta a los demócratas como izquierdistas radicales que van en contra de las personas honradas y conservadoras. Personas que, según él, son las que han llevado a los Estados Unidos a ser el país líder del mundo.
Aunque parezca increíble, a partir de la elección de Trump parece ser que en muchos aspectos, de verdad, se aproximan los días más oscuros para los inmigrantes latinoamericanos y para los musulmanes.
Teniendo como base los Principios de Propaganda Política, creada por Goebles e impulsada Hitler, Trump, desde el primer día de su campaña, señaló a los mexicanos – entiéndase que incluyó también a los latinoamericanos – junto con los musulmanes, como los enemigos únicos de esta nación.
Con Trump los Estados Unidos están volviendo a la regla del hombre fuerte. Aunque la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas ha desaparecido, el nuevo peligro y enemigo para esta nación son los inmigrantes en general, en especial los indocumentados, en contra de quienes Trump dirigirá todo el poder y la furia del Poder Ejecutivo.

El Aprendiz a Portavoz Arremete Contra Todos

“Claro que los indocumentados son criminales. No sólo están violando la ley, sino que están acabando con los presupuestos de la educación, de la salud y tienen destrozado los sistemas de justicia y carcelarios del país”, repite una y otra vez en una gira dominical por los medios de comunicación, un airado Steven Miller, portavoz de la Casa Blanca.
En cadena tras cadena de televisión vimos a Miller repetir inexactitudes y falsedades abiertas. Tal como lo hiciera en el programa de quien fuera portavoz del expresidente Clinton, George Stephanopoulos que se transmite por la cadena ABC. Miller dijo:
“Sabemos con certeza que hubo cantidades masivas de extranjeros sin ciudadanía, inscritos para votar en este país. Nadie disputa esto”, afirmó el portavoz de Trump. A su vez, el presentador haciendo una buena labor de periodismo, le recalcó, “Sólo para estar claros. Ustedes no han presentado ni una pizca de evidencia” que respalde lo que el portavoz asegura. Sin embargo, Miller insistió diciendo airado, “La Casa Blanca ha presentado cantidades enormes de evidencia en lo que se refiere al fraude electoral”.   
Desde que comenzó su campaña, el ahora presidente Trump, alega que todos los problemas de este país empiezan con los indocumentados o tienen sus raíces en los indocumentados y en los hijos de los inmigrantes sin papeles, constituyéndose, según él, en un mayor peligro social debido a las drogas y al crimen que tiene su génesis en esa vulnerable comunidad.
Al mismo tiempo ataca a los musulmanes, en especial los de Irak, Libia, Somalia, Sudan, Irán, Yemen y Siria representan un peligro terrorista inminente. Sin embargo; el presidente deja fuera de su lista a Arabia Saudita, de donde vinieron el 80% de los terroristas del ataque del Once de Septiembre, y a los Emiratos Árabes, de donde han salido varios de los atacantes a intereses estadounidenses.

El Púlpito Oscuro de La Casa Blanca

Para los historiadores, analistas y periodistas políticos lo que más les ha sorprendido es que Donald Trump esté usando la Casa Blanca cómo un pulpito para difundir su incoherente y oscura propaganda política.
“Eso de usar el poder presidencial para atacar a los demás poderes que sostienen la nación, en un país que dice ser civilizado, no se veía desde los tiempos de la Alemania de Hitler”, comenta el profesor Enrique Krauze en la cadena CNN en español.
Krause, escritor e historiador mexicano, autor del libro “Siglo de Caudillos”, asegura que Trump usa a los mexicanos como el chivo expiatorio causantes de todos los males que aquejan al país; tal como lo hiciera Hitler con los judíos en la Alemania Nazi.
De igual manera otros analistas afirman no saber que pueda pasar con la presidencia de Trump. Judy Woodruff, presentadora de noticias de la respetada cadena de televisión pública de los Estados Unidos, PBS, dice que los líderes y presidentes de ese país y otros países han jugado un papel muy importante en la historia del mundo.
“Con Lenin entendemos mucho la revolución rusa. Con Hitler, la Segunda Guerra Mundial. Con Mussolini, entendemos cómo un individuo se puede aprovechar de la oportunidad para multiplicar su poder. Con Franklin Delano Roosevelt, entendemos la democratización y la prosperidad de los trabajadores, Sin embargo, con Donald Trump no sabemos lo que pueda venir todavía, Nunca habíamos enfrentamiento reto tan grande de poderes en el seno del Poder Ejecutivo “.

La Amenazante Gira Mediática del Portavoz

En su gira dominical por le medios de comunicación, Stephen Miller, el Aprendiz a portavoz del el Aprendiz a presidente, en uno de sus comentarios más preocupantes para la estabilidad de una democracia como la de los Estados Unidos, arremetió contra el poder judicial, los inmigrantes y contra los medios de comunicación.    
«Tenemos un poder judicial que se ha tomado mucho poder y se ha convertido en muchos casos en una rama suprema del gobierno», aseveró Miller en el programa ‘Face the Nation’ de la cadena CBS, y concluyó asegurando con tono amenazante diciendo:
«Nuestros adversarios, los medios de comunicación y el mundo entero pronto verán como comenzamos a tomar nuevas medidas, que los poderes del presidente para proteger a nuestro país son muy sustanciales y no serán cuestionados», advirtió el Aprendiz a portavoz.

En Guerra Avisada…

El régimen de Trump le ha dado un aviso claro a los medios. Él no los ve como servicios de información sino como sus enemigos. La función del periodismo es buscar y hallar la verdad. Si en el proceso se desnuda a dictadores y emperadores, es hora de desnudar a este Aprendiz a presidente y exhibirlo por lo que es: un error en una democracia que tradicionalmente ha estado del lado de la prensa libre, no de los autócratas.  
«Si tuviera que escoger entre el Gobierno y una Prensa Libre, elegiría una Prensa Libre».
– Thomas Jefferson, 3er Presidente de los Estados Unidos, y Fundador del Partido Demócrata

Los once principios de la propaganda

Principio de simplificación y del enemigo único.
Adoptar una única idea, un único símbolo. Individualizar al adversario en un único enemigo.
Principio del método de contagio.
Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo. Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.
Principio de la transposición.
Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan.
Principio de la exageración y desfiguración.
Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.
Principio de la vulgarización.
Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar.
Principio de orquestación.
La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas. De aquí viene también la famosa frase: «Si una mentira se repite lo suficiente, acaba por convertirse en verdad».
Principio de renovación.
Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que, cuando el adversario responda, el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.
Principio de la verosimilitud.
Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sonda o de informaciones fragmentarias.
Principio de la silenciación.
Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.
Principio de la transfusión.
Por regla general, la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales. Se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.
Principio de la unanimidad.
Llegar a convencer a mucha gente de que piensa «como todo el mundo», creando una falsa impresión de unanimidad.

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