Por Elizabeth Mora-Mass.
Long Island, New York. “Disfruta esa comida porque te quedan muy pocas semanas para seguir viviendo gratis, musulmana de mierda”, gritaba iracunda una mujer blanca en un supermercado en Long Island.
La mujer musulmana era una joven de 26 años, envuelta en velos con dos niños pequeños que se escondían bajo su ropa. En el mostrador de la caja habían algunos, vegetales, frutas, leche y una pequeña porción de pescado.
“Deje en paz a esa pobre muchacha que es una refugiada”, le respondió una anciana que estaba en la misma fila.
“Esos niños van a ser terroristas, gritaba la mujer, ¿Por qué los estamos alimentando? La mujer musulmana no pronunció una sola palabra pero las lágrimas rodaban por sus mejillas.
Según el FBI, los crímenes de odio están creciendo en oleadas a través de toda la nación.
La semana pasada, las frases “Make American White Again” aparecieron en dos campos universitarios del Estado de Nueva York.
En el Estado de Georgia, una maestra fue suspendida por haberle dicho a su alumna que se colgara con el velo.
“Estos que piensan que pueden intimidar por el racismo y el antisemitismo están equivocados. No lo vamos a aceptar”, expresó el gobernador Andrew Cuomo.
Por su parte el Presidente electo Donald Trump si bien a condenado el racismo, no lo ha hecho con la fuerza que se necesita.