Por Elizabeth Mora-Mass
New York. Según los testigos de la fiscalía, el cuerpo de Carlos Moncayo salió destrozado, después de ser sepultado por el alud de tierra.
“Lo que pasa es que tres pies cúbicos de tierra, pesan una tonelada. Carlos Moncayo estaba con unos 4.1/2 pies de tierra encima. El cuerpo, literalmente, se le deshizo. Su corazón y sus órganos internos se le explotaron. Es como lo hubieran exprimido”, explicó Arturo Archila, entrenador de Seguridad y Salud de United Steel Workers.
“Lo que no nos cansamos de repetirle a los trabajadores de la construcción que trabajan en zanjas y haciendo bases de edificaciones es que tienen que exigir seguridad. No es una concesión que les hacen los constructores, sino su derecho”, afirmó Omar Henríquez, de National Day Laborer Organizing Network, NDLON, por sus siglas en inglés.
“Lo que le pasó a Moncayo y le puede pasar a todo trabajador que sufra este tipo de accidente es que su cuerpo queda como un banano, al que usted ha oprimido con fuerza . Lo deshace”, enfatizó Henríquez.
De igual manera, hay que destacar que los expertos coincidieron en manifestar que la prisa por terminar la obra fue la causante de la violación de las mínimas condiciones de seguridad.
“A Moncayo lo reventaron para terminar la obra rápido. Alfonso Prestia sabía que estaba violando las reglas, por eso les advierte que no se dejen tomar fotos”, dijo Archila.
Henríquez dijo estar de acuerdo con Archila y recalcó que todos los trabajadores que han testificado han dicho que en ningún momento, les dijeron que podían abandonar el trabajo, mientras hacían lo pertinente para cumplir con la seguridad laboral.
“Ellos sabían que si la ciudad se enteraba de todas las anomalías, iba a suspender la obra. Así que optaron por ir lo más rápido posible y tiraron la seguridad”, declaró Archila.
Fotos cortesía de la Organización Viento del Espíritu.