en la Gran Manzana
Por Elizabeth Mora Mass
Nueva York. “Mi familia arribó a Ellis Island en los 1880s. Teníamos la doble condición de ser italianos y judíos. Mis abuelos y mis padres realmente lucharon muy duro para darnos una vida mejor. Nuestra historia es la historia de cualquier familia inmigrante que llega a Estados Unidos hablando otro idioma, con otra religión. Nuestra única ventaja era que éramos blancos, de ojos azules y por eso mi abuelo y mi padre no tuvieron muchos problemas para emplearse como herreros”, contaba Jack Mass con voz emocionada por los recuerdos.
Según la Oficina del Censo, los descendientes de italianos son la comunidad que mas se identifica con sus ancestros. “El número de personas que se identifica a sí mismos como italo-americanos en 2010 fue de 16 millones, sin embargo en el último censo, 18 millones dijeron ser italo-americanos. A pesar de estar en USA por más de 120 años, las últimas estadísticas que los italo-americanos fueron el único grupo europeo cuya población aumentó. ¿Por qué? Posiblemente porque las nuevas generaciones se identifican con raíces italianas en orden a mantener su identidad cultural”, afirma la Oficina del Censo.
Como la gran mayoría de los italianos, sus raíces en “L’America”—como llaman los italianos a USA—se concentran en la legendaria Ellis Island. “En casa la llamaban “la Isla de las Lágrimas” porque devolvían a muchas personas que, según los criterios de los agentes de inmigración no llenaban los requisitos. Dividían a las familias tal como le está pasando a muchos ahora. Los funcionarios de Inmigración siempre han sido así”, explicaba Mass en 1987, cuando muchas familias inmigrantes se vieron divididas porque algunos miembros no calificaban para ser amparados por la llamada Amnistía de Reagan.
De acuerdo con la Oficina del Censo en 1880s llegaron a USA alrededor de 300 mil italianos. En 1890s, la cifra alcanzó los 600 mil y más de un millón en los primeros años de 1900. A finales de 1800 la península italiana se había unificado bajo una sola bandera y ello trajo mucha violencia y descontento social. Las décadas de inestabilidad política hicieron posible la inmigración masiva.
La creación de la Mafia
Al principio los inmigrantes llegaron de las provincias del norte y después llegaron los del sur, las provincias pobres. “La gente del norte sabía leer y escribir; sumar, restar, multiplicar, dividir y la mayoría tenía destrezas para desarrollar trabajos específicos como ser artesanos o mercaderes. Los del sur eran analfabetas y violentos y solo podían vender frutas o ser agricultores”.
Y agregó: Cuando los anglos y los italianos con negocios comenzaron a abusar de los italianos del sur, ellos organizaron La Mafia para defenderse y todos los italianos comenzamos a sufrir la discriminación”, decía Mass hablando sobre lo que vivió de niño y como en la Pequeña Italia—la misma que queda en el Bajo Manhattan donde él nació a principios del Siglo XX, su familia era víctima de una triple discriminación: por ser italianos—“mafiosos” les gritaban en la escuela, mientras que en barrio los muchachos del sur, sobre todo, los sicilianos, los despreciaban por provenir del norte de Italia—los del sur eran los mafiosos duros—y por ser judíos.
El gran cambio: la educación y Fiorello LaGuardia
Tal como lo habían hecho antes los ingleses pobres y luego los irlandeses, los italianos entendieron que la mejor manera de prosperar era educando a sus hijos. “Mis hermanos y yo fuimos la primera generación que obtuvo un título universitario. Mis padres no cabían de contentos. Lo mismo pasaba en las demás casas. Poco a poco nos metimos en política y entre los italianos se destacaba Fiorello LaGuardia, quien tenía la doble condición de ser italiano y judío. Su mamá era judía. LaGuardia hablaba italiano, yidis y croata y en todos esos idiomas hacia campaña. A pesar de ser republicano nos convenció a todos los vecinos de colaborarle en su campaña. Fue un gran político y el mejor alcalde de Nueva York”, expresaba Mass.
Los italianos se esparcieron por todo Estados Unidos llevando su cultura a toda la Unión Americana. Al mismo tiempo, otros italoamericanos comenzaron a destacarse en diferentes campos cambiando la percepción que el mundo tenia de ellos.
Surgieron figuras como Frank Sinatra, Arturo Toscanini, Tony Bennett, Liza Minelli y Maddona, en la música; Babe Ruth, Joe DiMaggio en el béisbol; Frank Frazzeta, uno de los primeros y más influyentes escritores de libros de ciencia y fantasía del mundo; Walter Lantz, escritor de comics y animador, junto a Mario Puzzo y Gay Talase para reescribir la historia de los italianos en USA, incluyendo a criminales como Lucky Luciano, Carlo Gambino y John Gotti el último padrino.
En el cine se destacan Dean Martin, Robert De Niro, Al Pacino; los directores Vicente Minelli, Francis Coppola, Martin Scorsese y muchos otros.